Chōwa.

El equilibrio que transformará tu vida
Ese sentimiento de no estar completamente en armonía contigo mismo o con el mundo que te rodea es más común de lo que parece.
Vivir en equilibrio es uno de los mayores desafíos de nuestra vida cotidiana. Queremos estar presentes, ser productivos, cuidar nuestras relaciones y, sobre todo, mantener nuestra paz interior.
¿Cómo lograrlo cuando las demandas diarias nos absorben?
Hoy quiero hablarte sobre una filosofía japonesa que tiene la respuesta: Chōwa.
Este concepto que significa «armonía», nos invita a encontrar equilibrio en todos los aspectos de nuestra vida. Más que una simple idea, es una forma de vivir basada en el respeto, la calma y la conexión con lo que realmente importa.
¿Por qué es importante encontrar armonía?
En un mundo que se mueve rápido, donde todo parece estar en constante cambio, esta filosofía nos enseña a encontrar paz en medio del caos. Nos recuerda que la verdadera armonía no está en alcanzar la perfección, sino en reconocer nuestras imperfecciones y aceptarlas.
No se trata de huir del estrés o de los problemas, sino de aprender a manejarlos con serenidad y claridad.
Un ejemplo simple: estás en una reunión importante. La tensión es palpable, todos hablan rápido y se sienten apurados. En lugar de unirte al caos, decides tomar una respiración profunda, escuchar con atención y responder con calma.
No solo eres capaz de aportar soluciones más claras, sino que el ambiente cambia. Esa es la magia de encontrar equilibrio; mantener la calma en medio de la tormenta y, al hacerlo transformar tu entorno.
¿Cómo aplicar esta filosofía en tu día a día?
La belleza de esta forma de vivir es que se puede aplicar en cualquier aspecto de tu vida, desde tus relaciones personales hasta tu trabajo.
Aquí te dejo algunas maneras sencillas de empezar:
- Equilibrio entre el trabajo y la vida personal
Pasas demasiado tiempo en el trabajo y dejas a un lado tus necesidades personales. Terminas agotado, sin energía ni para ti mismo ni para los demás.
Aprender a establecer límites saludables es clave.
Un pequeño hábito: toma 10 minutos al final de tu jornada laboral para reflexionar sobre lo que lograste, respirar profundamente y desconectar antes de regresar a casa.
- Escuchar con presencia
Cuando conversamos con otros, nuestra mente a menudo está en otro lado. Tal vez estamos pensando en lo que vamos a decir a continuación o en todo lo que tenemos que hacer después.
Si practicas estar realmente presente, la conexión con los demás se vuelve más profunda. Escucha sin interrumpir ni juzgar. Solo estar ahí cambia la dinámica de cualquier conversación.
- Aceptar los altibajos emocionales
La vida no es lineal. Todos pasamos por momentos buenos y difíciles. El equilibrio está en aceptar ambas situaciones con serenidad.
Por ejemplo, si estás pasando por un momento complicado, en lugar de luchar contra la tristeza, permítete sentirla, aprender de ella y seguir adelante, sabiendo que lo que sientes hoy no define tu futuro.
Un momento de equilibrio en la vida real
Como madre de un adolescente con TDAH, solía frustrarme cuando mi hijo no lograba concentrarse. Una noche mientras trabajaba, él rondaba inquieto sin decir nada. En lugar de apresurarlo o ignorarlo, le dije: “Vamos por un helado”.
En el camino empezó a hablar. Se sentía abrumado por las expectativas y la dificultad para enfocarse. Solo lo escuché, sin corregir ni dar consejos.
Ese pequeño gesto me recordó que la armonía no es controlar todo, sino saber cuándo pausar y simplemente estar presente.
Cómo empezar a integrar más equilibrio en tu vida
Si te sientes atrapado en la rutina y buscas algo que te permita reconectar contigo mismo y con tu entorno, aquí tienes algunas formas de empezar:
Unos minutos de meditación al día
No necesitas hacerlo perfecto, solo establecer la intención de empezar tu día con calma.
Busca momentos de paz en lo cotidiano
Caminar, cocinar o incluso tomar un café pueden ser oportunidades para estar presente.
Reajusta tus expectativas
No todo tiene que salir perfecto. A veces las imperfecciones son las que más nos enseñan.
Reflexión final: el equilibrio como camino
El equilibrio no es algo que se encuentra de inmediato. Es un proceso que requiere paciencia, autocuidado y una disposición constante para aprender y adaptarse.
Lo más valioso de este enfoque es que te invita a ser tú mismo/a, sin presiones externas ni expectativas irreales. Te enseña a aceptar quién eres y cómo puedes contribuir al mundo de una manera más equilibrada.
Ahora piensa por un momento: ¿qué pasaría si en lugar de sentirte abrumado por todo lo que tienes que hacer, te sintieras tranquilo, conectado y en paz?
Si esto resuena contigo, da el primer paso.
El camino hacia la armonía comienza con una decisión sencilla: elegir estar presente.
Por: Yolanda Acosta Urrego – Coach Senior PCC (ICF)